SUEÑO DE LOS SIGLOS


 En los infinitos resquicios del amor,
crece y florece la vida,
en millones de formas y cuerpos
expandiéndose interminablemente...

Y nosotros,
sólo un acorde de esa enorme sinfonía,
una simple letra en una historia
sin principio ni fin...

Frágil y fuerte
invencible pero delicada,
en un equilibrio sagrado
más allá de nuestra comprensión...

La eternidad de esta manera
se descubre en los breves lapsos de cada vida,
mientras las estrellas se recrean
en lo incomparablemente pequeño...

Es lo que somos,
aunque lo ignoremos,
no vulgares ni ordinarios
sino espléndidos y formidables...

Entonces intuiremos
que únicamente debemos levantar la vista
para descubrir
lo que está escrito en nuestro corazón...

Abriendo los caminos
llenos de misterios,
como formas
que salen de la bruma...

Encontrándonos
en los nombres sagrados del todo
en los montes y en el río
y las densas selvas llenas de secretos...

Para entender
lo que realmente importa
lo verdadero
lo real...

Y sentir
que todo es perfecto
y que nada en absoluto
está fuera de su lugar...

Y así,
después de tantas batallas sangrientas
decidir simplemente rendirnos
ante el poder sagrado del todo...

En el que dejamos de ser
para realmente ser,
en el que despertamos
del alucinado sueño de los siglos...

Paz & Armonía

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Isaac A. Devis G.

Comentarios

  1. Profundo poema. Te mando un beso.

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  2. Esto es una joya, tiene una mistica increible, como si nos despertara del sueño del tiempo y nos mostrara lo perfecto que es todo. Super luminoso, amigo! adore.
    Feliz domingo.

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  3. Un inno alla fusione dell’essere con l’universo, dove l’amore e la vita rivelano l’armonia sacra nascosta in ogni cosa.
    Buona domenica

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  4. Los siglos son un instante en la eternidad. Un beso

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  5. Hermosísimo Isaac, un abrazo!

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  6. Al leer “Sueño de los siglos”, me reconozco como parte de esa sinfonía que no tiene principio ni fin. Me conmueve la forma en que el amor se revela como origen y destino, como bruma que se transforma en forma, como silencio que canta. Siento que este poema no busca explicar, sino despertar. Y en ese despertar, descubro que lo sagrado no está lejos, sino en lo infinitamente pequeño, en lo que somos sin saberlo: espléndidos, formidables, perfectamente ubicados en el misterio.
    Gracias, Paz e Isaac, por recordarme que rendirse ante el Todo no es derrota, sino nacimiento.

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  7. Un poema excelente. Muy hermoso.
    Felices días.
    Un abrazo.

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