La luz,
aquella que recorre el universo,
desde distancias increíbles,
y eras inmemoriales...
La luz,
primera magia del universo,
conversación sorprendente de la energía y la divinidad,
misterio de misterios...
La luz,
en explosiones de eones,
en la magia de todas las bienaventuranzas,
en insondables espacios y momentos...
Y en un momento sagrado esa luz explotó,
en átomos y electrónes y miles de formas y de seres,
y luego en estrellas y planetas,
en galaxias, quasáres y nebulosas...
Y la luz se hizo agua, fuego,
tierra y aire,
y todos los milagros empezaron a suceder
muy naturalmente...
Esa luz se hizo vida un día,
para poderse descubrir,
para recrearse y embriagarse de su propia belleza ilímitada,
para recordar su profunda verdad...
Y el universo rebosó de tanta hermosura,
de tantos colores que se creaban,
de mariposas y flores
y montañas y ríos y selvas...
Y ahora también la luz escribe estos versos
y los lee al mismo tiempo,
pues la luz quiere descubrirse y recordarse
para ser y seguir siendo...
Pues luz somos,
luz que se revela,
luz que abre los ojos para observarse en la totalidad del universo,
aquí, allá y en todas partes...
Luz, que recuerda su nombre y su casa,
luz que empieza a brillar de nuevo,
luz que jamás será extinguida,
luz eterna, luz perfecta, luz sagrada y bendecida...
PAZ&AMOR
Isaac A. Devis G.