El amor santo y sagrado,
otro de los muchos nombres de Dios,
el amor que somos desde siempre,
que nos hace y nos anima...
El amor puro,
que es una manera de hablar de la luz,
que llena cada rincón del universo
y habita en cada ser...
El amor despierto y bendito,
que es una forma de llamar a la vida,
que es el hogar del que salimos
y al que volveremos un día...
El amor que da ilimitadamente,
que es como podemos decirle a la bondad,
que resplandece en cada corazón
y germina en la existencia misma...
El amor que es luz pura,
ante el cual no existe oscuridad,
que llena de armonía
todo cuanto es...
El amor que refulge con belleza absoluta,
que es lo que realmente llevamos dentro,
que no conoce defecto
ni sabe de errores o manchas...
El amor que es la vida misma,
que vibra en cada átomo
que respira y existe
en todo el universo...
El amor perfecto que siempre buscamos,
que es como tratamos de encontrarnos
que es claridad en los caminos oscuros
y que destruye el miedo para siempre...
El amor real,
que es Dios en sí mismo,
que resplandece
aún en los profundos abismos...
El amor cálido y dulce,
que es como agua en el desierto,
que resucita la ternura
incluso en los corazones más áridos...
El amor ilimitado,
omnipresente,
que abre todas las mentes
y descifra cada enigma...
El amor que somos,
del que fuimos hechos un día,
a su exacta imagen
y semejanza...
Paz&Alegría
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Isaac A. Devis G.
