El sagrario de Dios
eres tu mismo,
el trono de Dios
es tu propio corazón...
Las manos de Dios son las tuyas,
cuando crean y bendicen,
cuando aman y acarician,
cuando siembran o cosechan...
Los pies de Dios son tus pies,
cuando caminas por la vida,
cuando disfrutas el sendero paso a paso,
cuando estás consciente de tu propio caminar...
Los ojos de Dios son los tuyos,
cuando puedes ver a Dios en cada vida,
cuando ves la perfección en medio de lo turbio,
cuando descubres el amor en medio de la muerte...
Porque cada cosa en el Universo entero,
cada ser, cada átomo,
obedece a la Divina inteligencia que todo lo hace perfecto,
hijos del amor perfecto que se construye aún desde la oscuridad y la ignorancia...
Porque nada está afuera de Dios,
ni aún aquello que llamamos ruin o malo,
porque Aquel, bendito entre los benditos,
habita y santifica aún en la más densa oscuridad...
Porque todo es perfecto y nada es accidente,
porque el amor es real y está aquí y ahora
listo para ser visto y sentido
para quien quiera abrir sus ojos...
Porque en el corazón de cada ser
habita la Chispa Sagrada que le anima,
porque desde la luz sabemos que vivir, respirar, amar, soñar y cada cosa que hacemos,
son bendiciones gigantes para el que decida verlas...
Y porque cada instante es sagrado,
en el instante de cada ahora,
en el eterno presente
donde habita el Dios vivo y verdadero...
PAZ&AMOR
Isaac A. Devis G.